La adolescencia es una etapa difícil, eso lo sabemos todos. Está llena de tropezones y equivocaciones, lo jóvenes luchamos por encontrarnos con nosotros mismos en lo que he decidido llamar La guerra en busca del yo. Sin embargo, la búsqueda de la identidad personal no siempre fue una guerra, pero para nosotros, los jóvenes nacidos en el siglo XXI, se ha convertido en una batalla campal.
La guerra comienza cuando te pierdes a ti mismo en el campo de batalla, te bombardean con tanta información que resulta más fácil recibir los disparos que esquivarlos. Por esto, es sencillo para cualquiera de nosotros confundirse, dejarse llevar por los estereotipos y perderse a si mismo tratando de encontrar una perfección que no existe.

Por otro lado, la búsqueda desesperada de la belleza y la aceptación son solo una de las piedras con las que podemos tropezarnos en La guerra en busca del yo, pues existen también factores sociales, culturales, familiares y económicos que nos afectan y empañan nuestra visión del mundo.
No quiere decir esto que el mundo de un joven deba ser perfecto para salir victorioso de esta guerra, sino que durante esta época, quizá más que en cualquier otra, los jóvenes necesitamos comprensión y apoyo. Necesitamos que se nos instruya para comprender que para ganar La guerra en busca del yo, no hay mejor arma que el conocimiento.
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