Lo recientes hechos en la capital Francesa han despertado la sensibilidad del mundo y nos han sentir cercana la muerte de cientos de personas que viven a miles de kilómetros de nosotros. Las muestras de apoyo a nivel mundial no se han hecho esperar, decenas de países han alumbrado en sus monumentos las bandera francesa como muestra de apoyo. Así mismo, los usuarios de distintas redes sociales han expresado sus condolencias por medio de mensajes y fotografías. Estas últimas, especialmente común en Facebook, han levantado a su vez una nube de comentarios despectivos que critican el hecho de poner un filtro con la bandera francesa en la foto de perfil como algo inmaduro y si fundamento. Por otro lado decenas de personas han expresado, insensiblemente, que en su países hay muertes a diario y que nunca han visto un filtro con su bandera en Facebook.
Pero, ¿Qué significa usar el filtro de Facebook? Realmente, nada. Usar un filtro no le devuelve la vida a la gente ni le da comida al hambriento. No nos volvamos inmaduros e insensibles reclamando algo que realmente no vale nada y cuyo significado es subjetivo.
Una muerte siempre será dolorosa, sea de un asiático o africano. No caigamos en el error de sentir más dolor por lo que ocupa primicias en los noticieros. Recordemos que hace un tiempo Francia atacó a el Estado Islámico también, que cientos de personas también murieron. No olvidemos, por favor, que la semana pasada se encontraron siete cadáveres de bebés en una casa en Alemania ni que murieron media docena de soldados en un ataque del ELN en Colombia ni que en Venezuela la crisis continúa. Tengamos presente que la violencia es violencia en cualquier parte del mundo. La violencia y el terrorismo no tienen religión, raza, ni condición social. Que este sentimiento de inconformidad no se encierre en las víctimas francesas y que la lucha sea contra la violencia no contra el Estado Islámico.
Recordemos, por último, que no ha sido Francia quien ha sufrido la pérdida, han sido familias, hijos, padre, madres, hermanos que han perdido a sus seres queridos. Personas de carne y hueso, que sintieron de la misma forma en la que sentimos nosotros, sin importar la raza o el idioma.
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